Por ahí de los 4 a 7 años, en numerosas ocasiones solicité a mi abuela que cuando me hiciera de comer agregará al plato fuerte una ración de coliflor.
Si, coliflor, y debo agregar que nunca lo hice porque me gustara mucho su sabor, el cual tampoco me llegaba a molestar.
La razón por la que pedía este aperitivo era que podía yo jugar a que era un gigante y me comía los árbolitos de un bosque.
Pd. Imagino que para entonces no tenía idea de la existencia del brocoli, porque hubiera echo mi domingo 7.
Ja.
Somo tan tibios
Hace 12 años
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