sábado, 14 de febrero de 2009

Jungle Jim´s Playland



Un sábado como cualquier otro y por el festejo de algún vecinito o compañerito de la escuela yo conocí Jungle Jim´s Playland, y no te pases, todo puro placer, de verdad, pero lo que me transformó el mundo completamente fue la alberquita de pelotas. De lejos se veía divertido, pero que me voy metiendo y hagan de cuenta que el nirvana. Saltar, sumergirme, nadar en ese éter de colores me definía como fígura humana, así nomás. Y yo contaba los días para volver, y cuando en algún otro parque o lo que fuese veía otra no dudaba en aventarme un chapuzón, era lo máximo, de verdad.

Pero todo por servir se acaba y uno no es una caricatura, los huesos crecen, un día un empleado de Jungle Jim´s decidió que yo ya no era la suficientemente niño como para entrar a nadar en las pelotitas de colores, la injusticia de mi vida, y me quejara con quien me quejara, a nadie le importó que yo aún me sintiera niño. Ya no había alberca de pelotas para mi.
Años despues, ya cuando la herida estaba cicatrizada, cerraron Jungle Jim´s, ahí dentro se quedo una parte del niño que fuí.

Los niños tienen dos privilegios muy grandes, pueden usar mamelucos y no les prohiben nadar en alberquitas de pelotas.
A nosotros nos queda el sexo, el alcohol y la buena música.

5 comentarios:

  1. en mi caso es sólo el alcohol lo que me queda. chale.

    ResponderEliminar
  2. Hace 13 años hubo un accidente con un niño que quedó atrapado en uno de los juegos, se le amarró una cuerda al cuello y el parque de diversiones pagó los gastos médicos. No hubo denuncia pero gracias a esto los clientes comenzaron a desertar. Esto pasó en el Jungle Jim's de Monterrey, y como era el más grande, por ende cerraron también el de Saltillo. El de Torreón ya lo habían cerrado porque Coppel compró el local donde estaba (parte de Soriana Fundadores) para poner una de sus tiendas.

    ResponderEliminar