De esas que quieres que te trague la tierra

Año: 1998
Lugar: Secundaria n.7 Margarita Maza de Juarez.
Hora: 12 30 pm.
Acontecimiento: César pierde toda su hombría frente a la chica que le gusta.

Segundo de secundaria, a la típica hora de la salida encontrábame yo a unos pasos de las canchas de basket platicando con un grupo de 3 chicas, dejo aqui sus nombres, Flor, Priscila y Sandra. Para el dato Priscila me había gustado desde que la conoci en primero y me gustó hasta que se acabó la tonta secundaria.

Pues bien, no se de que diantres hablábamos pero en eso un amiguillo ocurrente no me acuerdo si me pateo el trasero o solo me sapeó, frente a Priscila, háganme nomás el favor. El corrió apenas hizo su gracia, así que me arranque detrás de él, ahora que lo pienso no se ni para que.

El chavo este corrió hacia las canchas de basket, que es como una explanada, y como les digo que era hora de salida pos el lugar estaba tupido de chavitos y chavitas.
Y por ahí andaba yo correteando a este imbecil que para colmo no me acuerdo ni quién era cuando de pronto pise un rama, si, una PUTA RAMA.

Fue una de esas caídas memorables que hasta se podrían comentar por un sujeto como el perro bermudez. No fue pisa la rama y suelo, no, primero tuve que dar como seis zancadas sin rumbo, cada una más caótica que la otra, luego, cuando la caída era inminente como que logre recuperar un poco el equilibrio, ya solo era cuestión de premeditar cada paso hasta que tuviera el control total de la situación. Pero en algún punto todo se tergiversó y no premedite bien uno de los pasos y ya estaba de nuevo donde había empezado, todo era otra vez caos, esta etapa duró demasiado, notese que ya toda la secundaria estaba pendiente y al tanto de la situación.
Justito cuando nuevamente empezaba a tomar el control de la situación estaba pensando que todo estaba bien, que lo más probable era que todo terminara en una caidita de rodillas y la verguenza podría ser amortiguable. Y estaba pensando en eso cuando de pronto estaba dando marometas en la mera mitad de una de las canchas de basket.

Levantarse en medio del mar de caras burlonas, el atropello de las carcajadas, caminar tratando de verte "cool" y como que no te importa y tu también te ries de ti mismo. Luego ver a Priscila y las otras dos chicas que me preguntan serias que si estoy bien. Pos claro que estoy bien, nimodo que les diga que quiero que me desconecten de la matrix.

Y luego que porque uno se vuelve artista, si ya dejo toda su verguenza embarrada en las paredes de toda institución educativa en la que puso un pie.